DESARROLLO INDUSTRIAL DE PYA PVO

M.A Morell
Fue un modelo de desarrollo industrial moderno y extremadamente dinámico que, por encima de las sucesivas coyunturas del mercado, logró mantener un crecimiento continuo en base, fundamentalmente, al incremento y la diversificación de sus activos. En este proceso destacó la gestación de un notable patrimonio industrial y una importante red de filiales y participaciones que llevarán a Peñarroya a consolidar su primacía sobre el conjunto de sector del plomo español, con destacables aportaciones en el campo de la minería del carbón y el zinc, la electricidad, los ferrocarriles y la producción química, tanto en España como en el entorno económico de todo el arco mediterráneo.

Para poder desarrollar este programa expansivo, Peñarroya contó con la aportación decisiva de los grupos financieros que la apoyaron desde su creación, especialmente los Rothschild, que recabaron con singular éxito los capitales necesarios para su financiación. En su proceso de crecimiento primaría también la preocupación de la dirección por incorporar y consolidar todas las posibilidades técnicas y productivas que fueron ofreciendo los mercados, con una amplitud que desbordó en muchas ocasiones la faceta minera y metalúrgica.

Esta obsesión tecnológica corrió paralela a su interés por alcanzar la máxima integración en el conjunto de sus procesos productivos y de distribución. No obstante, en relación a esto último, también destacaría el énfasis que puso la sociedad por controlar en lo posible los mecanismos del mercado de sus productos y abastecimientos, con estrategias en las que no dudó en alcanzar acuerdos comerciales con otras entidades del sector o intervenir directamente los mercados.

El resultado de la suma de todos estos elementos llevará a Peñarroya a alcanzar un nivel de desarrollo que, por su intensidad y magnitud, se convierte en un caso inédito en la historia empresarial española anterior a la Guerra Civil.

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