M.A Morell
Para poder
desarrollar este programa expansivo, Peñarroya contó con la aportación decisiva de los grupos
financieros que la apoyaron desde su creación, especialmente los Rothschild,
que recabaron con singular éxito los capitales necesarios para su financiación.
En su proceso de crecimiento primaría también la preocupación de la dirección
por incorporar y consolidar todas las posibilidades técnicas y productivas que
fueron ofreciendo los mercados, con una amplitud que desbordó en muchas
ocasiones la faceta minera y metalúrgica.
Esta obsesión tecnológica corrió paralela a su
interés por alcanzar la máxima integración en el conjunto de sus procesos
productivos y de distribución. No obstante, en relación a esto último, también
destacaría el énfasis que puso la sociedad por controlar en lo posible los
mecanismos del mercado de sus productos y abastecimientos, con estrategias en
las que no dudó en alcanzar acuerdos comerciales con otras entidades del sector
o intervenir directamente los mercados.
El resultado de la suma de todos estos elementos
llevará a Peñarroya
a
alcanzar un nivel de desarrollo que, por su intensidad y magnitud, se convierte
en un caso inédito en la historia empresarial española anterior a la Guerra
Civil.
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