Una acción tan intensa y plural como la llevada a cabo por Peñarroya en un
área geográfica relativamente pequeña, a la fuerza tenía que producir efectos
positivos sociales.
La concentración de la minería de hulla en manos de Peñarroya da origen a un
gran complejo fabril que, a su vez, determina hondas mutaciones en la dinámica
poblacional, cuyo resultado es la creación de un centro polar común a la cuenca
del Guadiato, a la serranía de Córdoba y a las zonas meridionales de las
provincias de Ciudad Real y Badajoz: Pueblonuevo del Terrible.
El paisaje humano y social del lugar donde se instaló en 1881 la Sociedad
Minero Metalúrgica de Peñarroya adolecía de dos grandes defectos estructurales:
un parco desarrollo demográfico y una organización económica muy frágil, que
descansaba en una agricultura pobre y en un pastoreo de escasa importancia.
No podía hablarse de pueblo en la acepción estricta de la palabra, por
cuanto el trabajo en las minas se alternaba, por lo general, con las labores
del campo.
El cotejo de Nomenclátor de 1857 con el Censo de Población de 1910
proporciona las siguientes magnitudes de crecimiento: Peñarroya pasó de 719
habitantes a 4378; Pueblonuevo, diminuto villatorio, se transformó en una villa
de 10609 moradores, y en el conjunto de los pueblos de la cuenca (Espiel,
Belmez, Pueblonuevo del Terrible, Peñarroya y Fuenteovejuna), el número de
empadronados aumento en el 386,2 por 100. La pujanza industrial de Pueblonuevo
determinó una corriente inmigratoria que se mantuvo hasta el segundo tercio del
siglo XX, no obstante el decaimiento progresivo de la minería del carbón
después de la I Guerra Mundial. El rápido incremento de la población acarreó
ciertos problemas de tipo administrativo, entre ellos la configuración en
ayuntamientos independientes, con términos municipales, de lo que fueran
simples aldeas o caseríos.
El incremento de la población tiene un reflejo en el ensanche que
experimentan los núcleos rurales, quedando impresa en la toponimia de sus
calles la actividad minera e industrial.
En el caso peculiar de Pueblonuevo del Terrible aparece el núcleo de
población organizado en función de una zona residencial de la colonia francesa,
con oficinas y viviendas de empleados.
El núcleo urbano se completa con el llamado Cerco Industrial, que engloba
los establecimientos fabriles, situado entre la villa y la estación del
ferrocarril.
Las actividades económicas basadas en la minería y en la industria
configuran la base de la riqueza comercial con una población activa de 3552
mineros y más de 3000 operarios industriales. Las producciones, en 1916,
superan el medio millón de toneladas de hulla, 62210 kilos de plata y 74263
toneladas de plomo, aparte ácido sulfúrico, superfosfatos…
Solo en los talleres repartidos entre Peñarroya y Pueblonuevo trabajaban
1500 personas, con dedicación a tareas muy diversas en los campos de la
mecánica y la electricidad.
Supone el cambio en los modos de vida y de la mentalidad de unas gentes que
de los cerrados horizontes de un valle en poco más de 30 años, pasa a la
dinámica de la era industrial. Es un paisaje especialmente configurado por la
huella que imprime en esta comarca de la serranía cordobesa la revolución
industrial.
La diversificación de actividades da lugar a una serie de servicios que
Peñarroya facilita a los pueblos y las aldeas de la comarca, como eran, entre
otros, los trasportes mecánicos, el agua y la electricidad, por entonces
inexistentes en muchos lugares de España con índices demográficos bastante más
altos.
El desarrollo urbano y las necesidades de una población en constantes
crecimiento movieron a la SMM a cubrir por sí misma una serie de servicios
indispensables. Nacieron escuelas, colegios religiosos, dispensarios,
hospitales, industrias molturadoras y panificadoras, campos de deporte,
economatos, cooperativas de consumo, círculos culturales y recreativos,
bibliotecas circulantes, parques, jardines…
Peñarroya lo era todo o casi todo: patrono, casero, prestadora de servicios,
proveedoras de bienes de uso y consumo…
Las zonas geográficas en las que primeramente se instaló Peñarroya
conocieron mucho antes que en otras regiones españoles el proceso de la
revolución industrial.
Fotografía actual del Cerco Industrial |
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