ORIGEN DE PEÑARROYA PUEBLONUEVO

La génesis de nuestra historia se remonta al Neolítico o a la Edad de Bronce en un asentamiento llamado “El abrigo de la Virgen”, en el peñón de Peñarroya. Su existencia se remonta a los años 5000-3000 a.C.

En 1333 anotamos la primera visita de un Rey, cuando Alfonso XI participa en una montería en el Peñón. (Años después lo recordará en su "Libro de la Montería" cuando relata que "PEÑA ROYA es un buen monte de osos en invierno”.

Peña Roya es buen monte de oso en invierno, y son las bozerias, la una desde el Bodonal de Peña Roya hasta encima de la cumbre y la otra desde encima de la cumbre hasta Cabeza Hermosa, que no pase la cumbre del Albar. Y son las armadas, la una a la senda de los Lozeros al par del Barrero y la otra donde apuertan las veredas al Arroyo de Peña Roya.

Los sucesos de Fuenteobejuna en 1476 provoca que algunas de las gentes de esta villa la abandonen, estableciéndose en el cortijo de Peñarroya, que a partir de esa fecha, quedará habilitado permanentemente, adjudicándose a Belmez en 1518, que la disputaba con Fuenteobejuna.

La aldea posee en esta época una ermita de construcción rural, en la que se venera a Nuestra Señora del Rosario.

En 1777, José Simón de Lillo, al pasar por el arroyo de la Hontanilla reconoció unas vetas de carbón. Es entonces cuando comenzó la historia contemporánea de nuestra localidad.

Del año 1840 es la leyenda del perro "TERRIBLE", fiero mastín, que escarbando, encontró carbón y dio nombre a la más célebre mina de la cuenca durante el siglo pasado, así como a una nueva población que sería Pueblonuevo del Terrible.

La importancia de los yacimientos propicia que comiencen a fundarse nuevas compañías mineras, fundamentalmente francesas.

El primer Cerco Industrial se levanta frente a Pueblonuevo del Terrible en 1875 por la Hullera Belmezana aprovechando para explotar sus productos.

A partir de 1881, en París un grupo de capitalistas crea una Sociedad para complementar la Hullera Belmezana, que se llamará Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya. En esas fechas acuden a la zona multitud de inmigrantes y aparte de la colonia francesa establecida en la misma, vienen también a la localidad portugueses e italianos, siendo bastante fuerte el movimiento obrero.

En 1888 se bendice un nuevo y pequeño templo dedicado a Santa Bárbara, patrona de los mineros, que se convertiría en parroquia en 1891.

El 28 de Julio de 1894, Pueblonuevo del Terrible adquiere la categoría del pueblo, el 19 de noviembre del mismo año, sucede lo mismo con la vecina Peñarroya, que adquiere también dicha categoría por resolución de la Diputación Provincial de Córdoba. El decreto es anulado y posteriormente acaba por aprobarse en 1896. En 1895 se inaugura el ferrocarril de Vía Estrecha, entre Fuente del Arco y Peñarroya, que se convertiría en el segundo de España al prolongarse hasta Puertollano.

En los primeros años del siglo XX se produce un vertiginoso crecimiento de las dos villas, llegando a alcanzar entre ambas los 24.000 habitantes.

Al llegar 1914, el poderoso Cerco Industrial se constituye como uno de los más importantes de Andalucía y el mayor de la provincia de Córdoba, contando entre sus muchas industrias con fundición de plomo, central térmica, taller de desplantación, productos químicos, etc.

Durante el período de la Dictadura de Primo de Rivera  la población se dota de una Casa-Ayuntamiento, moderna Plaza de Abastos, Matadero Municipal, iniciándose el asfaltado de las calles, se crea también el primer Instituto de Segunda Enseñanza de la Sierra Cordobesa y dos nuevos grupos escolares, mientras la S.M.M.P. construía un modélico hospital y un nuevo barrio de casas para empleados.

En 1927 se consigue la fusión de las dos villas, a pesar de la oposición de la clase obrera de las dos poblaciones, creando la nueva villa de Peñarroya-Pueblonuevo, que un año después vería confirmada su importancia con la concesión del título de Ciudad por el Rey Alfonso XIII.

Durante la Segunda República se vive una recesión y una fuerte crisis industrial con enfrentamientos constantes entre los obreros y la Empresa que desemboca en la Guerra Civil de 1936 y dada la importancia del núcleo minero e industrial va a convertir a Peñarroya-Pueblonuevo en prácticamente primera línea de frente, sufriendo frecuentes bombardeos artilleros y aéreos durante toda la contienda.

El miedo a la represión hace que no regrese una parte de los huidos que son sustituidos por nuevos pobladores inmigrados que acuden al reclamo minero e industrial, por lo que en los años 40 la población crecería por encima de los 30.000 habitantes.

Tras la aplicación del Plan de Estabilización de fines de los 50, comienza el repliegue de la empresa de Peñarroya.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tenia muchisimas ganas de recordar toda la historia de mi pueblo, desde que estuve en el colegio no habia vuelto a leer y no me acordaba de algunos dato, muchas gracia por este block