PEÑARROYA PUEBLONUEVO.....Y?


Y....PEPE MARCHENA 

En la Córdoba del Alto Valle del Guadiato comienzan a desarrollarse a mediadosdel S. XIX diversas explotaciones mineras de carbón, atrayendo hacia la cuenca a unanumerosa población de aluvión, que ve una posibilidad de mejora en los sueldos mineros. En 1881, con capital francés, se establece en Peñarroya-Pueblonuevo la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (SMMP), una sociedad dura y competitiva que se hace pronto con el monopolio de los carbones del sur de España gracias a su moderno complejo minero denominado “cerco industrial”, circunstancia que supone para la zona un avance cultural, político y social sin precedentes.

La primera llegada de Pepe Marchena a Peñarroya-Pueblonevo no ha quedado registrada, al no relacionar sus biógrafos la totalidad de pueblos que recorre en sus giras. Pero en 1917 realiza su debut en Córdoba, junto a una compañía de variedades, en el Salón Ramírez (Cobo, 1990: 22), trasladándose este espectáculo por toda la provincia, por lo que es muy probable que recalara también por la cuenca minera. A partir de 1924 incluye anualmente a Córdoba capital dentro de sus conciertos, algunos de los cuales lleva por toda la provincia, aunque no podemos asegurar que también pasara por Peñarroya-Pueblonuevo.

Sin embargo, Eugenio Cobo, en su biografía sobre el Niño Marchena, recoge como anécdota la pasión que sentía hacia Marchena la afición peñarriblense, y en especial la que le profesaba Pepe Conde, empresario de Peñarroya-Pueblonuevo, que acompaña al cantaor en la gira de 1931 por todas las ciudades por las que este se desplaza:


En esta turné fue como seguidor para escuchar a Pepe en todas las plazas un aficionado de Pueblo Nuevo del Terrible llamado Pepe Conde. Cuando termina la gira hacen fiesta privada en el bar que tenía Conde en el Pueblo. Canta Pepe acompañado por Montoya y emociona especialmente su taranta. Los oles se suceden entusiasmados. Dando las gracias, por la buena acogida, Marchena les dice a los reunidos que quien en realidad cantaba bien la taranta era Escacena, fallecido tres años antes. Un soberbio ejemplo de humildad en quien era el artista más cotizado del momento (Cobo, 1990: 56 y ss).


Como no puede ser menos en un pueblo minero, Pepe Marchena despliega todo su carisma personal y deslumbrante voz cantando tarantas, lo que trae como consecuencia que los mineros caigan rendidos ante su virtuosismo vocal y su sensibilidad artística.

Las noches de fiesta y cantes compartidos junto a su ídolo son frecuentes en los años posteriores, convirtiéndose en el cantaor más admirado y al que más intentan emular sus incondicionales. 

Pepe Marchena fue principal protagonista de la etapa de la Ópera Flamenca, dado a los estilos afandangados. De familia muy humilde, en la que no había precedentes artísticos, aunque el padre se entonaba bien por malagueñas y soleares. A los siete años ya asombraba aquel niño prodigio y a los doce o catorce andaba por las tabernas de Marchena y otros pueblos de los alrededores haciendo sus cantecitos a cambio de unas monedas. En 1920 aparece ya afirmado en Madrid como figura del cante con nuevos modos y en la que se presumía un gran porvenir. Además de en fandangos destacó en géneros como los aires venidos de América, los cantes malagueños y los minero-levantinos. El falsete y las filigranas fueron característicos en el cante de Marchena, que fue calificado de "bonito" por esas cualidades preciosistas. Llevó la creación personal a sus últimas consecuencias, introduciendo los recitados en el cante e inventando cruces estilísticos sin precedentes. Su cante tuvo y aún tiene seguidores, aunque no menos detractores. Dejó amplia discografía e hizo numerosas películas. Fue, quizás, el cantaor más controvertido de la historia. Como ha dicho Manuel Barrios, "para unos Pepe Marchena es la primera mentira del cante; para otros, su última verdad".


Bibliografía: EL FLAMENCO EN PEÑARROYA-PUEBLONUEVO (1881-1950), REFLEJO DE LA MEMORIA ORAL DE UN PUEBLO MINERO (Ángela Mª Pérez Castaño)



Y...LA NIÑA DE LOS PEINES 

La voz de mujer más importante que hasta ahora ha dado el flamenco. Hermana de Arturo y Tomás, a los ocho años ya se tienen noticias de actuaciones suyas en público. Fue en el Café de la Marina madrileño, en la calle Jardines, siendo todavía muy joven, cuando comenzó a ser conocida como la Niña de los Peines, al popularizar por tangos una copla que decía: "Péinate tú con mis peines; / mis peines son de canela..." Su ascensión fue fulgurante. Lo cantó todo, y casi todo a la perfección. García Lorca estaba fascinado con ella y la tomó como paradigma de la cantaora enduendada escribiendo un texto antológico: "Una vez, la cantaora andaluza Pastora Pavón, La Niña de los Peines, sombrío genio hispánico, equivalente en capacidad de fantasía a Goya y a Rafael el Gallo, cantaba en una tabernilla de Cádiz: Jugaba con su voz de sombra, con su voz de estaño fundido, con su voz cubierta de musgo, y se la enredaba en la cabellera o la mojaba en manzanilla o la perdía por unos jarabes oscuros y lejanísimos. Pero nada; era inútil. Los oyentes permanecían callados (...) Pastora Pavón terminó de cantar en medio del silencio. Solo, y con sarcasmo, un hombre pequeñito, de esos hombrines bailarines que salen, de pronto, de las botellas de aguardiente, dijo con voz muy baja: '¡Viva París!', como diciendo: 'Aquí no nos importan las facultades, ni la técnica, ni la maestría. Nos importa otra cosa'. Entonces La Niña de los Peines se levantó como una loca, tronchada igual que una llorona medieval, y se bebió de un trago un vaso de cazalla como fuego, y se sentó a cantar sin voz, sin aliento, sin matices, con la garganta abrasada, pero... con duende. Había logrado matar todo el andamiaje de la canción para dejar paso a un duende furioso y abrasador, amigo de los vientos cargados de arena, que hacía que los oyentes se rasgaran los trajes casi con el mismo ritmo con que se los rompen los negros antillanos del rito lucumí, apelotonados ante la imagen de Santa Bárbara. La Niña de los Peines tuvo que desgarrar su voz porque sabía que la estaba oyendo gente exquisita que no pedía formas, sino tuétanos de formas, música pura con el cuerpo sucinto para poderse mantener en el aire. Se tuvo que empobrecer de facultades y de seguridades; es decir, tuvo que alejar a su musa y quedarse desamparada, que su duende viniera y se dignara luchar a brazo partido. ¡Y cómo cantó! Su voz ya no jugaba, su voz era un chorro de sangre digna por su dolor y su sinceridad, y se abría como una mano de diez dedos por los pies clavados, pero llenos de borrasca, de un Cristo de Juan de Juni". 

Un sumario recorrido por los estilos de cante en que brilló esta mujer nos dice que efectivamente fue una cantaora total, una de las más completas de la historia. Insuperable en los tangos, por cantidad y por calidad, a los que dotaba de una extraordinaria jondura; todo el cante de Pastora fue esencialmente jondo. Las siguiriyas siempre se las pedía el público, en un tiempo en que las mujeres no frecuentaban ese cante. La petenera fue otra de las cumbres del cante de esta mujer, cuya forma de encarar el género es la que prevalece hasta hoy mismo. La soleá de Mercé la Serneta, a quien había tratado en su juventud y con quien se sentía muy identificada. La saeta, de la que fue intérprete genial cuando cantaban en Sevilla los más grandes del género. Suprema en las bulerías. E incluso se atrevió a alguna incursión en el campo creativo, como fue el caso de la bambera. El cantaor Aurelio de Cádiz reconocía explícitamente la supremacía virtual de la cantaora: "Pronto hizo desaparecer a los cantaores de su época y quedó sola, repartiéndose los triunfos nada más, ni nada menos, que con Chacón y con Torre. Caso igual de mujer, no se ha conocido". Fue la esposa de Pepe Pinto. En 1996 la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía declaró su voz Bien de Interés Cultural. Dejó muy amplia discografía. 

Decidida a cantar allí donde hiciera falta y ante cuantas personas fuera necesario, Pastora firmó un contrato con Vedrines en el verano de 1926 para recorrer muchos pueblos de España con una compañía de artistas. 

La gira comenzó en Linares siguiendo ciudades como Puertollano y Ciudad Real. De allí fueron a la plaza de Alicante donde trabajaron dos noches seguidas. Elche y Cartagena fueron sus próximos destinos con gran afluencia de público en sus actuaciones. De Cartagena se fueron a la plaza de Murcia, que al ser tan grande, los aficionados que se sentaron en las gradas no escuchaban bien formándose un gran revuelo. Fueron al teatro Cervantes de Albacete y a Valdepeñas. De este pueblo de buenos vinos pasaron a las minas de Almadén. Después lo hicieron en Pueblo Nuevo del Terrible, dirigiéndose posteriormente a Córdoba y a la provincia de Cádiz. 


Bibliografía: LA NIÑA DE LOS PEINES EN LAS CASAS DE LOS PAVÓN



ORQUESTA VILLAFRANCA

Esta orquesta se formó en PEÑARROYA -PUEBLONUEVO (Córdoba) y era muy conocida en LA LÍNEA, ALGECIRAS. SEVILLA, CIUDAD REAL, EXTREMADURA y MÁLAGA donde actuó junto a ANTONIO MACHÍN y su orquesta en la Feria de Agosto de 1957. RAMÓN NÚÑEZ y ERNESTO MARTOS FERNÁNDEZ se fueron con la orquesta de MACHÍN, marchándose después ERNESTO MARTOS a la orquesta de SALVADOR DE ALVA. ALFONSO LLERENA MARTÍNEZ actuaría posteriormente con la orquesta LOS SATÉLITES de A CORUÑA hasta el año 1968 viajaría a MÁLAGA para actuar con BENJAMÍN OLIVER y SALVADOR DE ALVA.




MANOLETE Y NUESTRO PUEBLO


El alzamiento de la guerra sorprendió a Manolete que se incorporó a las filas del Regimiento de Artillería Pesada de Córdoba.

Como artillero tomo parte de diversas acciones de guerra en los sectores de Peñarroya y Villafranca, y después en Extremadura.

Durante el tiempo que permaneció en filas Manolete no interrumpió su actividad taurina, tomando parte de varios festivales como el de Pedro Abad y Peñarroya.

"El Pipo"
Una casa de la calle La Luna nº12 fue testigo junto a la marisquería “El Pipo” (en la misma calle) de la visita de los soldados.

El Pipo se convirtió en un gran amigo de Manolete.

La crónica taurina relacionada con nuestro pueblo en  estas fechas nos hace recordar al novillero local Juanito Jiménez  “El Chorlo” que tuvo la ocasión de alternar con Manolete, en varios espectáculos taurinos, pero su carrera quedó truncada por su fallecimiento en el frente de Madrid en 1938

1 comentario:

M.Carmen Rubio Miranda dijo...

Felicidades por estos artículos que me parecen muy interesantes. Es una parte de nuestra historia , desconocida hasta ahora por la mayoría de paisanos.
Me reitero en las Felicitaciones, por este trabajo tan bien hecho.
Un saludo